martes, 7 de junio de 2016

La ciencia y la música

Podemos considerar la música como el arte de organizar de forma sensible y lógica una combinación coherente de sonidos y silencios, mediante la intervención de complejos procesos psico-anímicos.
Nos entra por el oído, pero además, en nuestro cerebro la sentimos comprendemos e interpretamos ya sea consciente o inconscientemente.
Me gustaría definir el termino "psicología de la música" que es lo que conocemos por el estudio de la fuerza emocional que ejerce la música en el comportamiento de las personas en cualquier etapa de la vida. Es una disciplina joven y no muy difundida.
La música, como amplificador de emociones, proporciona placer físico. La responsable de esta sensación es la hormona de la dopamina (C6H3(OH)2-CH2-CH2-NH2).
La actividad sensorial está ubicada en la zona bulvar del cerebro, donde se ubica la experiencia rítmica. En segundo lugar, el mensaje afectivo de la música está en la zona más profunda del cerebro, el diencéfalo, donde se localizan las emociones. Los diseños melódicos adquieren en él significación, y es aquí donde se despiertan todo un mundo interior de sentimientos. Por último, la actividad intelectual de la música se ubica en la zona de la corteza cerebral. Aunque existen estas tres partes, el cerebro funciona como un todo.
Base científica de la música
La música se ha desarrollado junto con otras disciplinas; su estudio está muy relacionado con las Matemáticas y la Física. Hablar de música es hablar de espectros, frecuencias, resonancias, vibraciones y análisis armónico. El sonido está formado por cuatro parámetros fundamentales: la tonalidad, la duración, la intensidad y el timbre.


Independientemente de la música que se escuche, más o menos actual, la realidad es que nos ha acompañado y seguirá haciéndolo. La melodía y el ritmo son un estado prácticamente natural en el hombre y por esto cada sociedad se ha reflejado en ella, porque apela al sentimiento creando piezas que permanecen en la memoria.

En resumen, aunque la música sea un gran arte, y como tal tenga por fin deleitarnos con sus bellezas, no por eso deja de ser una ciencia exacta, que obedece a leyes definidas y se funda en los principios del sonido.


martes, 24 de mayo de 2016

Historia de la química orgánica

La química orgánica se constituyó o se instuyo como disciplina en los años treinta. El desarrollo de nuevos métodos de análisis de las sustancias de origen animal y vegetal, basados en el empleo de disolventes como el éter o el alcohol, permitió el aislamiento de un gran número de sustancias orgánicas que recibieron el nombre de "principios inmediatos". La aparición de la química orgánica se asocia a menudo al descubrimiento, en 1828, por el químico alemán Friedrich Wöhler, de que la sustancia inorgánica cianato de amonio podía convertirse en urea, una sustancia orgánica que se encuentra en la orina de muchos animales. Antes de este descubrimiento, los químicos creían que para sintetizar sustancias orgánicas, era necesaria la intervención de lo que llamaban ‘la fuerza vital’, es decir, los organismos vivos. El experimento de Wöhler rompió la barrera entre sustancias orgánicas e inorgánicas. Los químicos modernos consideran compuestos orgánicos a aquellos que contienen carbono e hidrógeno, y otros elementos (que pueden ser uno o más), siendo los más comunes: oxígeno, nitrógeno, azufre y los halógenos.
En 1856, sir William Henry Perkin, mientras trataba de estudiar la quinina, accidentalmente fabricó el primer colorante orgánico ahora conocido como malva de Perkin. Este descubrimiento aumentó mucho el interés industrial por la química orgánica.
La diferencia entre la química orgánica y la química biológica es que en la química biológica las moléculas de ADN tienen una historia y, por ende, en su estructura nos hablan de su historia, del pasado en el que se han constituido, mientras que una molécula orgánica, creada hoy, es sólo testigo de su presente, sin pasado y sin evolución histórica.

La bioquímica es una ciencia que estudia la composición química de los seres vivos, especialmente las proteínas, carbohidratos, lípidos y ácidos nucleicos, además de otras pequeñas moléculas presentes en las células y las reacciones químicas que sufren estos compuestos (metabolismo) que les permiten obtener energía (catabolismo) y generar biomoléculas propias (anabolismo).
Estudia la base química de las moléculas que componen las células y los tejidos, que catalizan las reacciones químicas del metabolismo celular como la digestión, la fotosíntesis y la inmunidad, entre otras muchas cosas.
Constituye un pilar fundamental de la biotecnología, y se ha consolidado como una disciplina esencial para abordar los grandes problemas y enfermedades actuales y del futuro, tales como el cambio climático, la escasez de recursos agroalimentarios ante el aumento de población mundial, el agotamiento de las reservas de combustibles fósiles, la aparición de nuevas alergias, el aumento del cáncer, las enfermedades genéticas, la obesidad, etc.
Es una ciencia experimental y por ello recurrirá al uso de numerosas técnicas instrumentales propias y de otros campos, pero la base de su desarrollo parte del hecho de que lo que ocurre en vivo a nivel subcelular se mantiene o conserva tras el fraccionamiento subcelular, y a partir de ahí, podemos estudiarlo y extraer conclusiones.